|
Mari, la protagonista, decide pasar la noche fuera de casa, mientras su hermana Eri está durmiendo, y somos espectadores de las diferentes historias que les ocurren. Conocemos a un elenco variopinto de personajes, todos relacionados entre sí sin saberlo y teniendo en común solamente la noche.
Partiendo de un argumento a primera vista simple, Murakami nos deleita una vez más con ese estilo que lo caracteriza, esa forma tan suya de narrar sucesos cotidianos convirtiéndolos en algo especial, su manera de hacernos conocer a los personajes a través de la descripción minuciosa de sus actos, incluso de sus movimientos. Vuelve además a introducir ese realismo mágico al que ya nos tiene acostumbrados, planteando situaciones imposibles, como en un sueño.
Como en otras ocasiones, la música tiene un papel muy importante en la novela, constantemente está sonando alguna canción, creando una banda sonora (esta vez he ido apuntando todas las canciones para escucharlas) en cada uno de sus libros. De hecho, el título de la novela está tomado de la canción «Five Spot After Dark». El autor hizo lo mismo en Tokio Blues, Norwegian Wood dando a su novela el título de la canción de The Beatles (novela que, por cierto, ha sido llevada recientemente al cine).
Como siempre, nos proporciona una sensación de tranquilidad mientras nos cuenta su historia, el tiempo pasa más despacio y, aunque necesitamos saber qué es lo que va a ocurrir, no queremos que se acabe.
Desafortunadamente, el final llega muy pronto, al igual que otras veces, parece precipitado, deja cabos sueltos, todo queda un poco en el aire, parece que faltara algún capítulo más.
De cualquier forma, Murakami siempre vale la pena, leerlo es un placer. |
¡Qué bien que has vuelto!
Pues sí, se te echaba de menos 😉
Sobre el libro que comentas, lo tengo en la cada vez más interminable lista de libros pendientes desde que tuve el placer de leer el curioso y genial «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo»
A mí ese es de los que más me ha gustado, a pesar de ser un tochaco 🙂