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- MOMENTOS: «Tenía la disculpa de los inocentes, de los niños, de los que están un poco tarados, pero eso no lo justifica todo, su cariño era acaparador, agobiante, no se detenía ante nada, ni aunque ella se diera cuenta (porque se daba cuenta) de que te estaba hiriendo» «Una palabra tuya bastará para sanarme, dice el Evangelio»
- LO MEJOR:Está lleno de esa tristeza tierna que duele pero es bonita en el fondo
- LO PEOR:Está lleno de esa tristeza tierna que duele
- PUNTUACIÓN: 9/10
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Increíble cómo la autora, conocida sobre todo por sus libros de Manolito Gafotas, que nos describen el mundo desde el punto de vista de un niño, cambia de registro y escribe esta novela tan dura, bastante conocida ahora por haber sido llevada al cine por Ángeles González-Sinde.
Nos cuenta la historia de Rosario, una perdedora que se niega a buscar el lado positivo de la vida y se afianza así en su papel de perdedora. Contada en primera persona, nos habla sobre todo de su relación con Milagros, una inadpatada que no intenta adaptarse, que es feliz con lo que tiene y no se esconde, que insiste en ser su amiga por muy difícil que se lo ponga, y le es leal pese a todo. También nos habla de su madre, una mujer amargada,abandonada por su marido, que ha marcado su vida profundamente, que siempre ha preferido a su hermana, que la critica constantemente y que nunca la deja en paz. Y de su relación con Morsa, al que no quiere atarse.
Es el punto de vista de una persona infeliz, peleada con el mundo que aunque parece vislumbrar la felicidad da la sensación de que no quiere aferrarse a ella, sino que la deja escapar. Es una novela de sentimientos contada con sencillez, triste y tierna, con la que al final lloré como una Magdalena, pero que me ha encantado. |